La Comprensión Amorosa, una Compañía en el Camino

Comprensión amorosa

La comprensión amorosa es un concepto compuesto por dos simples palabras. Para acercarnos a su descripción primero definiré el significado de ambas.

La Comprensión

Comprensión es sinónimo de entendimiento, aunque significan cosas bastante distintas. El entendimiento hace referencia a un enfoque intelectual, es decir en el ámbito de las ideas y los conceptos, mientras que comprensión hace referencia a una experiencia que, si bien puede involucrar conceptos, va mucho más allá que las palabras, involucrando lo instintivo y la emocionalidad.

Uno puede comprender algo sin realmente entenderlo o explicarlo; se siente como si algo internamente hubiese cambiado, y la vida no se ve de la misma forma. Asimismo, el entendimiento requiere el uso de la memoria, mientras que la comprensión, una vez tenida, no requiere ser evocada. Simplemente opera.

Puedes intentar recordar alguna instancia donde después de haber sufrido de alguna forma, intelectualmente hayas podido entender la situación, como, por ejemplo: “entiendo que haya sido dejado de lado porque tal persona debía hacer otra cosa” o “entiendo que tenga que pasar por esto que estoy pasando ahora debido a mis acciones en el pasado”, etc.

Estos entendimientos traen cierto orden y sentido a los sucesos, pero internamente, la experiencia de incomodidad o sufrimiento se ve poco afectada, pero cuando llega la comprensión viene con ella una sensación de paz, una experiencia de todo el ser.

La sensación que acompaña a la comprensión puede ser dicotómica porque normalmente viene acompañada además de una sensación de duelo, de una pena por haber perdido algo, pero también conlleva aceptación por haber soltado alguna creencia o estructura psíquica pervasiva, y además trae contentamiento por simplemente acercarse más a la verdad, a lo que es, sin imaginación.

Para que la comprensión ocurra necesitamos recuperar nuestra atención y tomar distancia de los hechos para observarlos detenidamente. Al permitir que surjan las emociones no transitadas que estaban ocultas podemos encontrar, mediante su guía, la aceptación que lleva a la comprensión.

La Amorosidad

A la amorosidad (que probablemente no es una palabra real) podemos asociarla a la ternura, a la calidez, a la bondad y al cariño.

Es la respuesta apropiada al recibir a un niño o niña pequeña que está experimentando alguna dificultad legítima. Es el estado interior que evocamos y compartimos cuando reconocemos que no podrá superar un escollo por su propia cuenta, y que necesita de nuestro apoyo y guía para transitar el suceso y aprender de él.

Este sentimiento nace desinteresadamente. No busca un reconocimiento o algo a cambio. Es libre de resentimiento o juicio, porque reconocemos la inocencia de fondo, un intento puro desde un ser en desarrollo.

La amorosidad nace cuando existe en uno cierta capacidad de sostener la emoción del otro, de no dejarse llevar por la emoción ni la situación, y podemos compartir nuestra calma. Es un bálsamo para el corazón y la mente agitados.

Comprensión Amorosa Hacia los Demás

¿Podemos tener disponibilidad emocional para cada persona con quien interactuamos? ¿Podemos crear este espacio de apoyo libre de juicio? ¿o perdemos fácilmente la paciencia, criticamos o evitamos ciertas interacciones porque nos generan frustración o resentimiento?

La verdad es que no podemos, ni queremos ver al otro cuando nos entrampamos en las emociones negativas que surgen y nublan nuestro juicio.

No podemos ver al otro porque nos enredemos en nuestra propia imaginación, interpretando sesgadamente sus acciones. Nos cegamos por nuestra propia reactividad y desorden interno, perdiendo la capacidad de tomar distancia y mirar los hechos objetivamente.

No nos damos cuenta de que más allá de las formas, y de lo que las formas nos hagan sentir, cada ser humano, independiente de su edad, desarrollo, experiencia o aparente grado de sanidad mental, es un ser en desarrollo, en el intento. En este sentido, somos todos niños y niñas, y por lo tanto todos merecemos amorosidad. Ésta es la comprensión en la cual debemos profundizar para extenderla a otros en comprensión amorosa.

La Comprensión Amorosa Hacia Sí Mismo

Pero no podemos entregar algo que no tenemos, por lo tanto, nuestro primer esfuerzo debe ser el buscar la comprensión amorosa de sí mismo, de la propia existencia y experiencia.

Puedes en cualquier momento o situación recordarte: “soy un ser en desarrollo, errar es simplemente mi forma de aprender, la forma en que encauso mi intento”, o alguna frase similar con la que resuenes.

El objetivo no es intelectual, sino buscar en ti el sentimiento de aceptación, de aceptarte en el estado actual, libre de juicios o expectativas. Esto, por supuesto, no significa que no debamos ejercer el remordimiento, buscando ver la realidad que incluye también el sufrimiento que hemos causado y estando atentos a evitar generar sufrimiento innecesario en el futuro.

La comprensión amorosa es un antídoto ante emociones secundarias que pueden surgir cuando ejercemos la auto-observación y nos horrorizamos con lo que encontramos, o cuando simplemente nos damos cuenta que estamos sintiendo una emoción negativa, tales como la autocrítica, la frustración, el pesimismo o la victimización.

Es en este sentido es una aliada fundamental para transitar procesos internos de forma limpia y más precisa, para lo cual debe ser conscientemente impulsada, nutrida y recordada.