La Joya en la Flor de Loto – Parte 1 de 2

La joya en la flor de loto

Por distintas circunstancias, me he visto inspirado a investigar y escribir sobre el significado de la joya en la flor de loto. Reconozco como en otras ocasiones, estar intentando escribir sobre una idea de la cual apenas esbozo algún nivel de entendimiento. Esto es simplemente mi mejor actual esfuerzo.

Pero antes de entrar en detalles, una advertencia:

Te pido paciencia para ir más allá de los tecnicismos… ellos solo apuntan a algo práctico que en realidad es extremadamente simple. No te desvíes tratando de entender cada elemento, sino simplemente déjate llevar.

No pretendo decir que mi interpretación de los mantras sea certera, y ciertamente no son las únicas. Considérese una zona de exploración, solo ideas tratando de cuajar en una experiencia. Casi un divertimento intelectual que puede llevar a percibir una experiencia concreta si se sostiene la intención. Por lo menos, para mí, así se sintió escribirlo.

Nam Myoho Renge Kyo

Para comenzar, compartiré que mi acercamiento al concepto de la flor de loto fue hace muchos años a través de una rama del budismo conocida como Budismo de Nichiren, donde como parte de su práctica diaria se recita el mantra Nam Myoho Renge Kyo, que se puede traducir (y como se me explicó en ese momento) en: devoción al Sutra del Loto (este Sutra es uno de los escritos más influyentes en el Budismo Mahayana).

El mantra, en sus orígenes, se asocia con la oportunidad de que personas que no pertenecen a la élite, o que fueran consideradas moralmente “malas”, pudieran alcanzar también el estado de budeidad.

El carácter “Nam” deriva del sánskrito significando literalmente devoción, dedicación o respeto. El resto de los caracteres del mantra derivan del chino.

El carácter “Myoho” hace referencia a diez mundos, uno de los cuales es el estado de buda (Myo). También se interpreta como lo místico o latente (Myo), y lo manifiesto y visible (ho), es decir, señala la existencia de una forma para llegar a lo latente.

“Renge” hace referencia a la flor del loto, causa y efecto. Considerando que la flor es tanto fruto como flor simultáneamente, esta idea señala la posibilidad de alcanzar el estado de budeidad en un instante, cualquier instante.

Finalmente “Kyo” señala la enseñanza, pero también un entramado, independiente del tiempo, relacionado con la transmisión del sonido y la vibración como parte fundamental de la manifestación e interconexión del Universo.

Si bien existen muchas otras formas en que el mantra Nam Myoho Renge Kyo se puede interpretar, una de ellas puede ser: el entregarse a la posibilidad de acceder al estado de Buda en este momento, mediante la recitación del mantra mismo. Nos invita a la posibilidad de otra realidad, interconectada, ahora. Algo así como una liberación espontánea, pero no solo de uno, sino intrínsicamente conectada a otros seres.

Om Mani Padme Hum

El Mantra Om Mani Padme Hum es muy utilizado por diversas tradiciones del budismo Mahayana y está asociado al Bodhisattva Avalokiteshvara (o Kuan Yin en la tradición china), de quien se dice que contiene la compasión de todos los Budas.

“Om” hace referencia a la esencia de un Ser Supremo, un Absoluto o Totalidad. Según la tradición budista esotérica, señala también tanto impureza como pureza, es decir, contiene tanto una naturaleza material como una naturaleza mística.

“Mani” significa joya y “Padme” significa loto, lo cual, basado en lo presentado anteriormente sobre el significado de la flor del loto, nos puede dar luces del significado de estas dos palabras. Al incluir el concepto de joya o tesoro, se nos indica algo preciado.

“Hum” indica indivisibilidad. Considerando que las dos palabras anteriores se interpretan también como método (“Mani”) y sabiduría (“Padme”), este mantra se refiere a un estado donde método y sabiduría son uno (simultaneidad de causa y efecto). Habla de un camino mediante el cual con un método se alcanza la sabiduría y que mediante la sabiduría se conoce el método, lo que hace posible alcanzar el estado puro de budeidad.

Puesto en sencillo: las materias primas necesarias para alcanzar la budeidad están en uno mismo.

¿Por qué se asocia este mantra a la compasión? Porque es sinónimo de Avalokiteshvara, que significa aquél que mira al mundo con compasión, y quien en su voto de Bodhisattva, ha prometido liberar a todos los seres sintientes del sufrimiento.

La joya, un mismo mensaje

A esta altura puede ser ya evidente que ambos mantras están apuntando a lo mismo: que el acceso a una realidad distinta es en cada momento, y mediante este intento, se está mostrando compasión con todos los seres. Pero, además, simultáneamente, señalan que es el mismo intento de mostrar compasión con otros seres lo que lleva a la realización de esta posibilidad personal.

Y para ponerlo en otras palabras: no hay mejor regalo (para uno y para los demás), que el (intento de) estar en presencia. Del intento de presencia surge la compasión, y del intento de compasión surge la presencia.

Esta es la joya, el tesoro que debemos descubrir.

Este artículo es expandido en una segunda parte.