La Joya en la Flor de Loto – Parte 2 de 2

La joya en la flor de loto

En la primera parte de este artículo presento el significado de dos mantras: Nam Myoho Renge Kyo y Om Mani Padme Hum, ambos provenientes de la tradición budista y señalando a la posibilidad de acceder a una realidad distinta en cada momento basándose en la compasión. En ellos se señala un método para encarnar el Buda interno (aunque también podríamos decir el Cristo interno) mediante, y para, compartir con otros esta experiencia. Esta es la joya en la flor de loto.

Su mensaje se puede sintetizar en dos frases:

· • —– ٠ ✤ ٠ —– • ·

Intento crecer para no dañar a otros.

Intento no dañar a otros para crecer.

· • —– ٠ ✤ ٠ —– • ·

Un Correlato Libre de Dogma

No estoy intentando definir o a apuntar al significado del estado de Buda o conciencia Búdica o Crística, sino simplemente haciendo alusión a “otra posibilidad”. Cuidemos de no idealizar algo que no estamos ni cerca de comprender. La invitación es, más bien, a encontrar en cada uno esa “otra posibilidad”, marginal, disponible ahora, con comprensión amorosa y paciencia.

Perfectamente podríamos usar otra frase que resonara más con nuestro sistema de creencias o cultura, por ejemplo:

  • Me dedico, a encontrarme con mi naturaleza superior, con mi Yo, en cada momento, independiente de las circunstancias, para hacer lo que debo hacer, compartiendo esta posibilidad con quienes me rodean.
  • Que la Presencia se haga en mí, que se comparta a través de mí.
  • Que sea yo un instrumento de Paz.

Y por cierto, existen otros mantras que se han usado con el mismo propósito, como lo son el Hare Krishna (o Maha Krishna) del Visnuismo o el Guru Guru Wahe Guru del Sijismo. Y, de hecho, ¿no se está refiriendo a lo mismo el rezo Cristiano “… Venga a nosotros Tu Reino. Hágase Tu voluntad… “?

El Aspecto Devocional

La recitación de los mantras anteriormente señalados se realiza como una práctica devocional, significando una implicancia a nivel emocional. Este tipo de práctica se conoce también como Bakhti yoga, que significa alcanzar la unión mediante la devoción de algo muy preciado (por eso es considerado un joya).

En este proceso de lograr la unión (o más bien, retornar a ella… re-ligar), es donde se hace alusión a una entidad externa, una deidad que pueda asistirnos en el proceso. Muchas religiones consideran justamente a una emoción, la fe, como el punto de acceso a esa conexión.

Más allá si decides seguir un camino devocional, es necesario reconocer que necesitamos ayuda externa: alguna influencia, un instructor o maestro, o sistema o enseñanza que nos permita separarnos de la realidad en la cual estamos atrapados y de la cual por sí solos no podemos escapar.

Quiero resaltar en este punto que por supuesto se han propuesto otros caminos, tales como el desarrollo a través del cuerpo, o la mente. Junto con el desarrollo a través de las emociones, se obtienen tres caminos posibles, de lo cual se deriva el Cuarto Camino propuesto por G.I Gurdjieff, que busca cultivar e integrar los tres caminos tradicionales.

Una Correlación Física-Energética de la Joya

Varios autores (entre ellos Alice Bailey, Master Choa Kok Sui, Manly P. Hall y Samael Aun Weor) han ido más allá, y han planteado que la joya en la flor de loto hace referencia a un lugar físico en nuestro cuerpo: la glándula pineal. Se propone que mediante su “activación” se logra acceder a otro tipo de experiencia, a un “mundo interior”, que se considera en comunión con la conciencia Búdica o Crística.

Esta idea habla de la posibilidad de gestionar nuestros cuerpos energéticos de forma tal de propiciar experiencias místicas. Es mi parecer que vale la pena por lo menos considerarlo. Si no se valida mediante la experiencia, ¿cómo podríamos saber?

La Joya, un Llamado a Recordarnos

Esta posible conexión o unión de nuestra conciencia habitual con una conciencia superior que pareciera ser de otro plano es a lo que se denomina “yoga”. A esta conciencia superior también se le llama Alma o Alma Superior, y bien podría ser también aquello a lo que G.I. Gurdjieff se refería cuando habla de “construir un Alma”, denotando que, sin un trabajo, de forma natural, esta conexión no puede existir.

Todo esto llama a una posibilidad accionable. No es una idea para ser pensada, es un camino para ser recorrido. Llama a profundidad de propósito, a recordarse, que ¡el momento es este! No otro. La joya no está allá afuera, sino que está acá ahora.

En última instancia, creo que la devoción debe ser direccionada hacia uno mismo, reconociendo la propia posibilidad y fomentando el propio intento. Es devoción al ahora, al presente. Parafraseando a Robert E. Burton: el estar presentes, recordarnos en cada momento, el intento de ser testigos de nuestras propias vidas es aquello que cimienta la unión.